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Valor en la Era Digital

Ricardo Talavera

Todas las industrias están recibiendo el efecto de la irrupción de la “economía digital”, causando desde la conformación de nuevos criterios de valor en el mercado y en los consumidores, hasta la imposibilidad creciente de sostener ventajas competitivas como base de la rentabilidad y del valor percibido por el mercado. Pero ¿cuál es el origen de este cambio? Sin duda son las nuevas maneras de consumir, las nuevas maneras de transar, los nuevos mercados, la nueva competencia, las nuevas maneras de comparar bienes y servicios, la mayor velocidad de consumo, mayor competitividad, las nuevas maneras de construir marcas, nuevas maneras de comunicar, nuevas formas de competir y colaborar y nuevas maneras de pagar.

Estos cambios son los que finalmente tienen efectos, tanto positivos como negativos en los procesos de negocio tradicionales. Entre los que podemos identificar están:

  • Reducción de ventajas competitivas
  • Caída de barreras de entrada
  • Incremento de la competencia
  • Usuarios más y mejor informados
  • Características de bienes y servicios sujetos a comparación permanente
  • Mayor acceso al mercado y a segmentos de consumidores
  • Mejor conocimiento del mercado
  • Mejor comunicación con los clientes y prospectos
  • Mejores oportunidades de respuesta al mercado
  • Mayores herramientas para ser eficiente

Las empresas que no emprenden procesos de Transformación Digital a tiempo sufren efectos de reducción de ingresos, pérdida de eficiencia, reducción de Market Share, caída en el Valor de los Negocios y finalmente se enfrentan a la salida del mercado.

El Valor en la Era Digital ha cambiado la manera en que es percibido por el mercado. Hoy no se valoran tanto los activos tangibles, los flujos generados por procesos de negocios sostenido en ventajas competitivas imitables o replicables, ni siquiera se sigue valorando con la misma intensidad el grado de respaldo financiero que puedan demostrar las empresas. Hoy más que nunca se valora la capacidad de solución de problemas, la velocidad de responder al mercado, la relación con el cliente, la generación de mercados digitales, la innovación, la facilidad y la consistencia en la calidad. Hoy podemos observar cómo compañías sin stocks, sin inventarios, sin licencias de autor, sin gigantescas planas de empleados, sin integraciones verticales, sin restricciones territoriales, inclusive sin activos tangibles han irrumpido en los mercados de valores generando capitalizaciones bursátiles nunca antes vistas. Es claro entonces que el valor en la era digital cambió de lugar.

Lo Digital sólo ayuda al cambio

Existen todavía muchas empresas que se resisten a mirar lo digital como algo provechoso y frecuentemente lo relacionan con problemas, costos y circunstancias fuera de control.

El miedo a dejar de hacer las cosas “como siempre” es a veces mucho mayor que el estrés producido por la revisión periódica de resultados decrecientes. Se suele mantener todavía en alguna medida la añoranza y nostalgia sobre lo que sabíamos y podíamos hacer mejor que otros y eso nos paraliza.

Hay empresas que no emprenden cambios basados en lo digital por miedo a perder ventajas competitivas, ya que basan sus fortalezas en su capacidad de hacer servicios taylormade. Esto termina siendo un profundo error, pues lo digital es el mayor habilitador del taylormade. Existen aquellas empresas que miran lo digital con desconfianza por miedo a caer en costos inmanejables y proyectos eternos e impagables, lo cual solo indica que existe el riesgo de escoger el proveedor o consultor equivocado. Un Market Place, por ejemplo, puede construirse con mucho o poco dinero, dependiendo de cuáles sean las características y mecanismos de control y reportes necesarios. Las estadísticas dicen que el 80% de los clientes usan solamente el 20% de las opciones que ofrece una plataforma. De manera que el problema no es el costo sino de cómo se toman las decisiones de TI, procesos, Marketing y negocios dentro de la empresa.

Pensar que podemos ser fotógrafos exitosos con cámaras antiguas y obsoletas, por más que nos den nostalgia y recuerdos de un pasado sin competencia, es solo una ilusión.